mi hijo me ha maltratado verbalmente.

No sé cómo relatar lo que sucedió hace tan sólo un par de días...
Porque es tan inversimil que me cuesta trabajo creer que estoy en esta situación.
Mi hijo lleva una temporada faltándome el respeto.
Ya me separé de su padre por lo mismo. Mi hijo nunca nos ha conocido su padre y yo juntos porque cuando me separé, él tenía 3 meses.
Pero sí que ha rozado a su padre y su mal carácter.
Despúes de haber sido maltratada por mi padre, luego por mi ex-pareja, ahora es mi hijo...  y es lo que más duele.
De los dos anteriores, me separé. Pero cómo me voy a separar del amor de mi vida que es mi hijo?
No quiero cortar con mi hijo porque es mi hijo y le quiero.
El, despues de nuestra pelea se ha ido a vivir con su padre y tengo el alma destrozada.
Tiene 17 años. En plena adolescencia. El no reconoce ese maltrato con lo cual no hará nada para que le ayuden.
Pero y yo, qué hago?
Quiero que vuelva a casa...aunque tengo claro que no quiero malos tratos.
Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo ? Para resolver esta situación?
Por favor, que alguien me ayude!!

Hola elena. Intenta hablar con tú hijo otra vez. Intenta averiguar que le puede estar pasando. lo más seguro es que esté enfadado porque tú y su padre no estais juntos. explicale el motivo porque os separasteis, pero bien explicado para que lo entienda. si no funciona te recomiendo ir a un psicólogo que os ayudará.

Elena: Hay varias cosas que debes analizar del caso que planteas. Lo primero (y más importante) es el nivel de comunicación que has mantenido con tu hijo. No me refiero a hablar o compartir información. Me refiero a lo que comparten, las cosas que los identifican y que los unen, a tu trabajo de supervisión sobre tu hijo.

Es de suponer que si tu hijo tenía apenas tres meses de nacido cuando te separaste de su padre, no guarde memoria de algún problema entre uds. pero....quizás, cada uno por su lado ha dado las explicaciones correspondientes, pero....(otra vez pero) culpando al otro de la pérdida de la relación. Esto, por supuesto lo confunde y lo ha puesto en el trance durante toda su infancia y adolescencia de tener que ver a cada uno de sus padres como responsables, culpables, causantes, etc. de la infelicidad del otro (en cualquier sentido).

Esto sucede cuando los padres se autoeximen de responsabilidades para justificar sus conductas y actitudes. Pero...eso no resuelve el problema y ya ves, estás confrontándolo actualmente.

Por otro lado, está la etapa de la adolescencia por la que transcurre tu hijo en este momento. Es una etapa difícil porque está consolidando afectos, autoestima, aprendiendo lo difícil que es mantener una buena relación con los adultos y descubriendo que el mundo no es tan de color de rosa como pensaba. Esto les sucede a todos los adolescentes.

Muchas veces, los adolescentes se sienten "descolocados" en el mundo, se sienten incomprendidos, a veces ignorados, etc. y por eso reaccionan agresivamente contra quien esté a su lado o contra quien ellos consideran culpables.

Pero, esto no necesariamente es así. Muchas veces es una percepción del adolescente y no es lo que se está dando en la realidad. Son etapas de la vida que hay que enfrentar y superar sin sucumbir; es decir, sin que la autoestima sufra significativamente.

Ahora bien, considerando esta etapa por la que tu hijo atraviesa, es obvio que sus faltas de respeto hacia ti tienen un origen en algún aspecto que él considera que no cumples o porque te responsabiliza por algo. Pero esto no significa que en realidad tú lo seas, ¿te das cuenta? Así que no debes culparte. Todos los padres cometen errores por la sencilla razón de que los hijos no traen adjunto ningún manual de instrucciones. Se aprende con la práctica.

Además, debes saber dos cosas: 1) los padres no son amigos de sus hijos y 2) Los adolescentes son manipuladores y controladores.


Tu hijo tiene sus propios amigos. Ni tú ni su padre pueden ser sus "mejores" amigos porque ya él tiene los suyos y tú debes ejercer la autoridad porque tú eres la adulta y no él. 

Los chamos son manipuladores porque les gusta controlar las situaciones, porque así se sienten con el ego nivelado y, si ese poder lo ejercen sobre sus padres, entonces mejor para ellos porque se apropian de la voluntad de éstos y ellos terminan haciendo lo que el adolescente quiere. Ya sabes que esto lo que genera es una familia disfuncional.

Tu hijo se mudó para casa de su padre porque no quiere que nadie lo supervise, que nadie lo controle, que nadie tenga autoridad sobre él. Cuando su padre quiera hacerlo, es decir, meterlo en las reglas, entonces volverá a tu casa y así hasta que él quiera.

¿Qué hacer? Pues, si te es posible, conversar con su padre para que estén de acuerdo y no se desautoricen entre uds. porque eso será lo que aproveche tu hijo para salirse con la suya.

Si esto no te es posible ni por teléfono, entonces, habla con él (con tu hijo), pero no fuerces el momento, deja que suceda espontáneamente. Bien que él regrese a tu casa o que se puedan ver en algún lugar, pero no pierdas el contacto con él. Siempre llámalo, salúdalo, pregúntale cómo está, qué hace, interésate por sus cosas, baja un poco la guardia. Cuando hables con él, que sea sin gritos, sin imposiciones innecesarias, pero actúa con firmeza cuando sea necesario.

Cuando él vuelva a tu casa, no puede llegar como si nada, debe volver bajo tus condiciones, si bien pueden llegarse a acuerdos, pero NUNCA jamás, aceptarle una nueva falta de respeto (recuerda: eres su madre, la adulta y la que ejerce autoridad). Abre tu corazón y tu entendimiento hacia él, pero él debe acordar contigo hablar y conversar cuando algo no le guste, cuando se sienta incómodo por algo, etc. No des nada por sentado ni por entendido, si no tienes algo claro, pregúntale. Así evitarás problemas mayores.

Por tu lado, esta es tu oportunidad de romper esa cadena de maltratos, humillaciones y abuso hacia ti. Debes buscar ayuda profesional porque la necesitas, pero lo importante es que internalices que de NADIE, ni siquiera de tu propio hijo soportarás más abuso emocional, mental, físico o psicológico. 

Elena, nadie te respetará si tú misma no te respetas; nadie te amará si tú misma no te amas; nadie te dará la dignidad que te mereces si pierdes el amor propio.

Esta es tu oportunidad, ¡aprovéchala! sin remordimientos ni culpas. Tu hijo tiene el sol de frente; tú, lo tienes a la espalda. Así que lo que queda es tuyo y para ti, aprende a ser tú misma. Verás qué bien te sentirás contigo misma y así podrás dar a otros todo el amor que eres capaz de acumular por ti.

¡Que tengas mucho éxito!